Realizado enteramente de forma artesanal con pequeños trocitos de marfil procedentes de un regalo que mi amigo Philippe Ragaul, “ivoirier”, tuvo a bien hacerme durante una visita a su taller de Dieppe.
La dificultad de trabajar el marfil reside en su dureza y fragilidad, pero compensa el esfuerzo la finura y delicadeza del trabajo una vez terminado. Se podría comparar con el trabajo en boj como dicen los libros, pero existe una gran diferencia del dicho al hecho.
La vela está realizada en tres piezas ensambladas a canto vivo, lleva unos refuerzos que simulan las costuras de las velas.
Los planos son los de la Nave Asirio Fenicia de mi colección.
Philppe Ragaul es uno de los últimos “ivoiriers” que quedan en Francia. Parte de sus obras están en el Chateau-Musée de Dieppe. Sus consejos me han servido para llevar a cabo esta obra y me siento honrado de contar con su amistad y asesoramiento.